Todos amamos los anillos independientemente de nuestro género, edad y condición social. Hoy, este adorno sirve como una adición al vestuario para enfatizar la individualidad de su dueño. Pero, ¿alguna vez has pensado en lo que significan los anillos en diferentes culturas? En el artículo de hoy, estamos hablando de lo que simboliza un anillo.
Un lazo entre dos personas
Según los antiguos mitos y leyendas, un anillo como un círculo cerrado simboliza la integridad y la unidad. No tiene principio ni fin; por lo tanto, a menudo se asocia con la eternidad y el infinito. Su abertura central es el lugar por donde el poder celestial y el aliento divino entran en nuestro mundo. Un anillo simboliza vínculo, unión o voto. Es por eso que un anillo de bodas se utiliza para designar la unión eterna de dos corazones y como signo de fidelidad matrimonial.
El infinito, envuelto alrededor de un dedo, ha sido durante mucho tiempo un símbolo de poder. Este es un signo de pertenencia a un círculo particular. El dueño de un anillo se consideraba dueño de su propio universo, que llevaba consigo. Por lo tanto, sirvió como un atributo indispensable de hechiceros, sacerdotes y reyes. Se sabe que el rey Salomón tenía un anillo mágico con el que podía comandar ángeles, demonios, todos los elementos de la naturaleza y espíritus.
El significado de un anillo en el mundo antiguo.
En el antiguo Egipto, un anillo como signo de eternidad estaba representado por un cordón tendido en forma de círculo, cuyos extremos están atados en un nudo. A menudo, este símbolo se puede encontrar en las imágenes de los dioses. La gente sencilla usaba amuletos nodulares en forma de anillo, que se suponía que protegían contra enfermedades y otras desgracias.
En China, se consideraba que un círculo era la base del universo. Un anillo era un símbolo de eternidad, así como de dignidad y poder. Todo el anillo significaba el favor del emperador, mientras que un anillo roto o abierto simbolizaba su ira hacia los subordinados. En la antigua China, era costumbre enviar uno de estos anillos a las personas en el exilio. Si se trataba de un anillo completo, entonces el emperador estaba decidido a restaurar a este hombre en su estado manteniendo su reputación. Si era un anillo abierto, significaba que a una persona ya no se le permitía declarar asuntos.
En el hinduismo, el dios Siva en el círculo de llamas hace su danza cósmica, personificando el ciclo de vida de una persona, criatura, familia, planeta y el universo entero. Es una danza circular de la naturaleza en el eterno proceso de creación y destrucción. Al mismo tiempo, la luz irradiada por el círculo de llamas simbolizaba la eterna sabiduría profunda.
Para los antiguos griegos y romanos, los anillos de hierro denotaban autoridad y respeto. Se les permitía usarlos solo a personas muy renombradas. Sin embargo, para los sacerdotes de Júpiter, los elementos obligatorios de la vestimenta eran los anillos de oro. Aparentemente, el anillos de obispo se originó de esta costumbre, que denota implicación en el ministerio divino.
En el mito griego de Prometeo, Hércules, con el permiso de Zeus, libera a un titán encadenado, pero desde entonces Prometeo tuvo que llevar un anillo de hierro con un fragmento de roca. Este anillo era un signo de obediencia al Tronador.
Anillos en Alquimia
En alquimia, hay un símbolo famoso de una serpiente que se muerde la cola. Se llama Ouroboros. Su significado está relacionado con la idea de tiempo. El transcurso del tiempo va acompañado de destrucción, ya que el pasado se pierde irremediablemente, es decir, el tiempo se devora a sí mismo. Al igual que en el hinduismo, la serpiente está asociada con los ciclos de la vida humana, la naturaleza y el universo entero. En los manuscritos alquímicos, también hay un emblema que representa a un niño, cuya mano descansa sobre una calavera. Una serpiente envuelve al niño formando un anillo. Ouroboros encierra dos nociones de las polaridades extremas del mundo: un niño como símbolo de la vida y una calavera como símbolo de la muerte. Tomado como un todo único, este emblema puede interpretarse de la siguiente manera: "En mi principio está mi fin".